Cada vez me sentía mucho mas presionada. Las cosas entre él y yo eran hermosas e inolvidables, pero como todo lo hermoso, tarde que temprano, termina el amor. Necesitaba librarme de él, pero cada vez que mencionaba siquiera accidentalmente la idea de separarnos, o me insultaba o simplemente me daba una cachetada diciéndome que eso nunca iba a pasar, que primero me mataba antes de librarme de él. Ya no podía mas, él cada vez era más agresivo conmigo y simplemente ya no soportaba todos los días tenerme que poner un maquillaje especial esperando que no notaran mis cardenales o mentir para que no descubrieran que él me golpeaba. Sin embargo, todo tiene un límite y mi paciencia se había acabado hace mucho. Quería ponerle un fin a todo el sufrimiento que alguna vez sentí y que aún siento.
En este momento me encontraba parada en el borde de un séptimo piso, muchos me gritaban que no lo hiciera. Entre ellos, él. Ya no lo soportaba. Estaba a punto de ser liberada de esta terrible pesadilla. Le daría fin a esta perdición.
Me quería matar. Puse un pie adelante y salté.
Y le puse fin a la perdición….
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